19 de mayo de 2024

Mamás que deben lidiar con las alergias de sus hijos

La ansiedad, el miedo, la angustia son sensaciones que todos hemos vivido en algún momento. En el caso de tener un hijo alérgico alimentario, y más si éste ha tenido algún episodio anafiláctico, esas sensaciones suelen repetirse más frecuentemente. Estas son las conclusiones que han extraído los investigadores del Imperial College de Londres al comprobar el nivel de estrés y ansiedad que tienen diferentes grupos de madres.

En su estudio, han analizado 3 grupos de madres: aquellas con hijos alérgicos a alimentos, con hijos alérgicos (pero no a alimentos) y madres de niños con enfermedades crónicas no relacionadas con las alergias. Los resultados muestran lo evidente, los niveles de ansiedad y estrés de las madres con hijos alérgicos a alimentos son bastante superiores respecto a los otros grupos de madres. Además, dentro del grupo de madres con hijos alérgicos alimentarios, las madres con mayor nivel de estrés y angustia son aquellas cuyos hijos ya han padecido algún episodio de anafilaxia. El ver a sus hijos ante esas situaciones de peligro provoca que las madres estén permanentemente alerta.

Estos poco sorprendentes datos son un importante síntoma de la falta de conciencia e información que tiene la sociedad frente a estos temas. Las alergias alimentarias son un tema muy serio que pueden desencadenar graves consecuencias. Por ello, pensamos, que el nivel de angustia y estrés de éstas madres es una muestra de la falta de comprensión que familiares, conocidos, amigos y otros grandes etcéteras tienen hacia la alergia de sus hijos.

Uno de estos ámbitos son los restaurantes. Hacer entender lo que es una alergia alimentaria y que no se trata de una preferencia alimentaria. Además de resaltar lo que son las contaminaciones cruzadas, el leer bien las etiquetas de los productos (y entenderlas, algo que muchas veces no es nada sencillo) y como reaccionar en caso de una reacción alérgica grave.

La anafilaxia es la reacción alérgica más grave que puede producirse en nuestro cuerpo y que afecta a diversos órganos o sistemas de órganos en nuestro cuerpo. Puede darse en cualquier tipo de alergias: a medicamentos, a productos químicos, a picaduras de insectos y a alimentos. Alrededor del 30% de los casos de anafilaxia se producen por alergia a algún alimento. Los casos más habituales son por alergia a los frutos secos, frutas o el marisco. En el caso de los niños, el desencadenante más frecuente es el huevo o la leche.

Los sintomas son diversos, pero por lo general suelen aparecer de forma brusca y en la primera media hora tras la ingesta del alimento (otras veces tarda más). La anafilaxia puede presentarse en forma de síntomas cutáneos (urticaria, rojez, o edemas en la piel), síntomas digestivos (nauseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea) y síntomas respiratorios (dificultad para respirar y tos). Los casos más graves pueden llegar a producir la muerte por shock anafiláctico. Por eso es muy importante actuar rápido.

Cuando un alérgico alimentario tiene una reacción alérgica debe analizarse si se trata de una reacción alérgica leve (que puede tratarse con unas pastillas antihistamínicas) o bien de una reacción alérgica grave con riesgo de anafilaxia. En este último caso, el alérgico deberá inyectarse un dispositivo autoinyectable con adrenalina (también llamada epinefrina), que el cuerpo produce y libera en situaciones de alarma. Es importante que las personas alérgicas con riesgo de anafilaxia lleven un dispositivo con adrenalina siempre consigo, ya que aumenta el azúcar en sangre, dilata los bronquios y aumenta la tensión arterial. La adrenalina se administra en la parte externa del muslo (puede ser sobre la ropa) y durante  10 segundos. Después debe darse un masaje en la zona del pinchazo. Los efectos son casi instantáneos, por lo que si no hay mejora pasados unos 20 minutos debe administrarse un nuevo dispositivo. Es el médico especialista quien la debe recetar al alérgico y puede adquirirse en las farmacias en formato autoinyectable.

La formación y concienciación ante esta problemática es lo que, de alguna manera, puede ayudar a reducir el nivel de estrés y angustia de estas madres que cada vez que sus hijos comen algo que no controlan se dispara.