19 marzo, 2024

¿Qué es la listerioris y cómo afecta el embarazo?

Los microorganismos infectan por igual a las personas, independiente de su edad o sexo. Son nuestras condiciones físicas las que marcan la diferencia en el proceso infeccioso. De nuestro estado de salud dependerá el cómo nos afecte la infección y las repercusiones que esta pueda tener. La listeriosis es una enfermedad provocada por una bacteria llamada Listeria monocytogenes. Se contrae al consumir alimentos en cuyo procesamiento se han infectado por dicha bacteria, aunque también puede hallarse en el agua o en la tierra.

La leche no pasteurizada o los alimentos mal procesados son algunos de los productos crudos en los que puede localizarse el foco de una posible infección. Los primeros síntomas pueden confundirse con una intoxicación alimentaria causada por otros  microorganismos como la salmonela, ya que concurren:

  • Fiebre y escalofríos.
  • Dolor de cabeza.
  • Malestar estomacal.
  • Vómitos.
  • Diarrea, en raras ocasiones.

Aunque la enfermedad se combate fácilmente con antibióticos, existen posibles complicaciones en los siguientes grupos de riesgo: personas mayores o con el sistema inmune debilitado, embarazadas y nonatos.

Como en todo proceso infeccioso, el no diagnosticar a tiempo el avance del microbio puede ocasionar que este invada otros órganos fuera de los intestinos. El parásito podría atravesar tanto la barrera hematoencefálica y provocar una meningitis como, también, la barrera placentaria. En el caso de las mujeres embarazadas, la infección puede llegar hasta el bebé y ocasionar desde un aborto espontáne o un parto prematuro a infecciones en el recién nacido donde las secuelas pueden ser irreversibles e, incluso, mortales.

Por regla general, las mujeres gestantes solo presentan síntomas de fiebre, cansancio y dolores musculares, aparte de los relacionados con el proceso gastrointestinal. Los síntomas pueden aparecer inmediatamente tras el consumo de un alimento contaminado o hasta 70 días después de su ingesta. Sin embargo, lo normal es que la listeriosis invasiva tenga un periodo de incubación de 1 a 4 semanas previo al desarrollo de la enfermedad. Si el embarazo se encuentra en el tercer trimestre de gestación, con frecuencia la listeriosis no afectará al embarazo; suele ser asintomático o asemejarse a un proceso gripal, siempre y cuando sea tratada. En otro momento del embarazo, y una vez atravesada la barrera materno-fetal, se producirá una infección intrauterina debido a la sepsis. Del mismo modo, puede contagiarse al neonato durante el parto. En estos casos, la listeriosis severa puede ocasionar meningitis, encefalitis o dolores de cabeza si el sistema nervioso central se hubiera visto afectado. Una temprana detección y el suministro de antibióticos a tiempo deberían evitar tales complicaciones.

Conocer en detalle las causas de la listeriosis neonatalrepresenta un elemento esencial para la prevención, así como para el diagnóstico temprano, que puede incidir favorablemente en su pronóstico. La infección dentro del útero por Listeria monocytogenes causante de la listeriosis neonatal puede provocar diseminación fetal con formación de granulomas que pueden aparecer en diferentes sitios como, por ejemplo, la piel, el hígado, las glándulas suprarrenales, el tejido linfático, los pulmones o el cerebro. Paralelamente, la aspiración o deglución de líquido amniótico o secreciones del aparato genital femenino  puede provocar infección pulmonar dentro del útero o bien perinatal, que se manifiesta en los primeros días de vida por dificultad respiratoria, shock y evolución fulminante.

Los recién nacidos con enfermedad de inicio temprano suelen ser de bajo peso, tienen complicaciones obstétricas asociadas y muestran signos de sepsis o infección generalizada poco después del nacimiento, con insuficiencia circulatoria o respiratoria, o ambas. Los recién nacidos con la forma de inicio tardía son recién nacidos generalmente de término, previamente sanos, que presentan luego inflamación de las meninges o sepsis, o infección generalizada.

A tener en cuenta

  • La infección puede adquirirse en el útero o durante el parto, y las manifestaciones clínicas pueden aparecer en el término de horas o días del nacimiento (inicio temprano) o retrasarse hasta varias semanas (inicio tardío).
  • La listeriosis de aparición temprana se manifiesta poco después del nacimiento como sepsis o infección generalizada con insuficiencia circulatoria, insuficiencia respiratoria o ambas.
  • En la listeriosis de inicio tardío, los recién nacidos de término previamente sanos se pueden presentar con meningitis o sepsis.
  • Es esencial realizar cultivos para L. monocytogenes – su agente causal – en las mujeres embarazadas con enfermedad febril de origen desconocido.
  • Tratar con los antibióticos correspondientes.
  • Las embarazadas deben evitar los productos alimenticios que puedan estar contaminados con L. monocytogenes.
  • Aunque es bien conocida la sensibilidad in vitro de L. monocytogenes a la acción de los desinfectantes, la persistencia del microorganismo tras la limpieza y desinfección es un problema bien conocido en la industria alimentaria.
  • La capacidad de persistir en equipos e instalaciones se ha relacionado con la capacidad de la bacteria de formar biopelículas y con fenómenos de tolerancia a la acción de los desinfectantes.
  • Por otro lado, la alta capacidad infecciosa de la bacteria, con una dosis infecciosa de al menos 100 bacterias viables en el caso de grupos de riesgo, favorece que pueda ser fácilmente transmitida a través de las manos del personal.
  • Debido a que la listeriosis en pacientes hospitalizados no es de frecuencia elevada, el diagnóstico no se establece rápidamente en los casos relacionados. Lo anterior, unido a que la enfermedad tiene periodos de incubación muy largos (entre 3 a 70 días), obliga a un alto grado de alerta y dificulta el estudio epidemiológico ante un posible brote.
  • Las manifestaciones clínicas de la listeriosis en el neonato son similares a las producidas por otros gérmenes, siendo su mortalidad más alta que en la población general (20 – 60 %). Basado en estos datos, la listeriosis neonatal es una enfermedad a considerar.
  • Existen, por tanto, dos formas clínicas de presentación neonatal: la listeriosis de comienzo temprano (en los dos días posteriores al parto) una enfermedad septicémica – que es una infección generalizada cuando el gérmen causal ha invadido el torrente sanguíneo – con transmisión vertical desde la madre al feto; y la enfermedad tardía (cinco o mas días del parto) generalmente meníngea.
  • Las formas de transmisión en la enfermedad de inicio tardío son poco conocidas, pudiendo ser el resultado de una transmisión durante el paso por el canal del parto, contacto con la madre durante el periparto o el resultado de una transmisión nosocomial indirecta con casos de enfermedad de comienzo temprano a través de personas o equipo hospitalario.

El tratamiento del recién nacido consiste en antibióticos y, en líneas generales, responde en forma satisfactoria a través de un curso de medicación de 14 días (21 días para meningitis), pero se desconoce la duración óptima. Los recién nacidos sépticos, es decir, con infección generalizada, requieren de otras medidas. En las infecciones severas o graves puede considerarse la realización de drenajes y otras intervenciones.

Consejos para evitar contagios

Al encontrarse la bacteria tanto en agua como en suelos contaminados, se recomienda lavar correctamente las verduras o productos obtenidos del campo antes de su consumo. La manipulación adecuada de alimentos, en particular, la separación de las carnes crudas de otros elementos durante la preparación, y el lavado de las manos, los utensilios y las tablas de cortar después de manipular alimentos crudos son de capital importancia. También, generar consciencia en las mujeres gestantes para que cocinen bien la carne y que así puedan evitar posibles infecciones y que el embarazo no se vea comprometido. Asimismo, debe evitarse el consumo de alimentos elaborados con leche no pasteurizada, como quesos o yogures de leche fresca, quesos blandos y fiambres y ensaladas preparadas, pastas de carne o mariscos ahumados refrigerados, ya que dichos derivados pueden portar la bacteria al no ser sometidos a altas temperaturas para eliminar los microbios. Por último, en caso de cualquier sospecha o duda, acudr de inmediato al médico.Un diagnóstico temprano evitará consecuencias mayores.