30 de abril de 2024

¿Cómo funciona el cerebro de un adolescente?

La adolescencia es un momento difícil. Sólo bastabte con hacer memoria y recordar cómo fue la de cada uno de nosotros/as. Es así como también nos damos cuenta de que para nuestros papás fue una etapa complicada, llena de dudas, de aciertos, de errores. Es un período de exploración y  crecimiento, pero también de vulnerabilidades. La adolescencia es un momento de riesgo, pero también es un momento de oportunidades.

Si como madre o padre te preocupás por conocer y analizar cómo piensa y cómo reacciona el adolescente, es bueno saber que no solo le ayudarás a aprovechar este momento para crecer, sino que lo ayudarás a evitar traumas que arrastrará toda su vida, y , de los cuales, muchos son evitables.

Conocer cómo funciona el cerebro adolescente ayuda a que ambos, padres e hijos, puedan superar esta fase de una manera menos traumática de lo que suele ser habitualmente.Para ello, es bueno que sepamos qué ocurre en el cerebro adolescente en esta época.

Hay 4 características esenciales de la adolescencia, que son vitales para el desarrollo de la propia identidad del adolescente (denominadas ESSENCE):

  • Chispa emocional (ES: emotional spark)
  • Compromiso social (SE: social engagement)
  • Búsqueda de la novedad (N: novelty seeking)
  • Exploración creativa (CE:  creative exploration)

Todo esto lleva asociado algo que en muchos padres provoca sentimientos contradictorios: el aumento de la autonomía y la independencia de su hijo adolescente.  Sin embargo, los padres se sienten amenazados porque su hijo adolescente necesita reafirmarse por sí mismo y desarrollar su propia identidad. Reconocer que un hijo se ha convertido en un espíritu libre, que ha cambiado, que tiene nuevos intereses y emociones no es fácil. Los cambios de la adolescencia se producen entre los 12 y los 24 años, transformándose el cerebro de manera decisiva y complicada.

Los cambios en el cerebro durante este período de tiempo implican:

  • Una  “poda” o reducción en el número de neuronas y conexiones neuronales en la que se desechan las no utilizadas.
  • Una “mielinización” o un recubrimiento alrededor de las conexiones neuronales, que permite mayor sincronización y mayor velocidad del flujo de información (serías como convertir un campo lleno de espino en una autopista).

Estos cambios durante la adolescencia ayudan a que el cerebro adolescente esté más integrado y a la creación de una mayor coordinación en el cerebro mismo. Este es un proceso de remodelación del cerebro adolescente que favorece la oportunidad, pero también la vulnerabilidad. Por eso es, durante este período de la vida cuando se producen la aparición de la mayoría de los trastornos de salud mental.

Tener hijos es una etapa de transición en la vida que simboliza el fin de la propia infancia de los padres.C uando los niños hacen la transición de niño a adulto, los padres se enfrentan a otra transición en su propia evolución. Los padres también están atravesando por un cambio que puede despertar su conciencia y el temor existencial. A menudo,  se defienden contra estas realidades aferrándose a sus hijos adolescentes  e influyendo sobre ellos de manera tal que disminuya su esencia. Para favorecer el paso por una adolescencia que permita a un joven madurar, los papás deben verlo como un individuo único con sus propias experiencias mentales. Pero esto no es posible cuando los padres quieren seguir viviendo a través de sus hijos.

Cuando los padres son capaces de empezar a verse  a sí mismos y a sus hijos como dos individuos separados y empiezan a tratarlo con el nivel de respeto y autonomía que se merece, están mejor preparados para renunciar a cualquier idea preconcebida acerca de su hijo, que a menudo suele tener más que ver con  la historia propia de los padres. Un primer paso importante para cambiar la relación de los padres con sus hijos es que los padres entiendan mejor sus propias mentes.

La transformación constante que define la infancia es todavía más importante en la adolescencia, cuando la relación padre-hijo también experimenta una importante evolución. De hecho, tal vez no haya mejor oportunidad que la adolescencia para que los padres puedan conocer a fondo a sus hijos y aprender sobre lo que realmente sucede en su mente. Para eso, es imprescindible que los padres separen lo que sucede en su propia mente de lo que puede pasar por la mente de su hijo, y separar sus experiencia adolescentes de las experiencias adolescentes de sus hijos. Los padres pueden relacionarse mucho más y mucho mejor con sus hijos si son capaces de comprender y aceptar su estilo de apego personal y el aprendizaje de nuevas formas de relación que ayudará a sus hijos a entrar en la edad adulta con buen pie.