18 de abril de 2024

¿Por qué el segundo hijo/a suele ser más inquieto y travieso?

Todos los padres creemos que a todos nuestros hijos los amamos y los educamos igual, pero, sea así o no, cada hijo es distinto. Dicen los investigadores que el orden de nacimiento influye en la personalidad del niño. Que el mayor sea de alguna forma mas maduro, o mas protector… podría ser causado por un rol de mayor compromiso que le damos (a veces de manera inconsciente) y la responsabilidad que el mismo siente al dar un ejemplo y proteger a su hermanito o hermanitos.

Lo cierto es que cada hijo es un ser individual y único, que tiene su propio carácter y manera de interpretar su entorno, es importante no clasificarlos o etiquetarlos ya que cada niño merece ser reconocido por quien es, por su sensibilidad y su manera única de reaccionar.

Los segundos hijos no tienen esta carga y por eso su personalidad es mas traviesa, mas rebelde.

El primer hijo recibe toda nuestra atención, mimos, protección y cuidados. Sin embargo, también somos más estrictos por el miedo a equivocarnos en su educación o seguridad y todo lo que hacemos realmente es un experimento. Ya con el segundo tenemos más experiencia y nos relajamos más.

Algunos psicólogos aseguran que ser el segundo no determina la rebeldía o desobediencia pero si es un comportamiento mas recurrente.

La teoría del orden atiende a los roles diferentes que los padres tenemos con cada uno de nuestros hijos:

Con el primero somos primerizos, todo es nuevo, es nuestra primera experiencia.

Con el segundo y los que siguen nos relajamos, dejamos el sentido de urgencia porque ya sabemos de qué va y sabemos que muchas veces no pasa nada.

Esto hace que el segundo hijo, sea:

Más rebelde: es, al fin y al cabo, una forma de llamar la atención sobre su hermano mayor que es su principal rival. Es posible que demande su propio espacio y camino en la familia, lo que le lleva a mostrarse más rebelde o a querer romper las normas para luchar contra lo que se ha establecido en casa.

Más consentido: se le considera más pequeño durante más tiempo.

Menos disciplinado: es posible que los padres seamos más estrictos con el mayor y le exijamos más, por lo que el pequeño se termina haciendo cómodo en un entorno en el que se le pide menos, por lo tanto él da también menos.

Primero, segundo, tercer o cuarto hijo son nuestros grandes maestros y cada uno trae un gran regalo a nuestras vidas.