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Los papás muechas veces somos los principales culpables. Sea en forma directa o indirecta, los adultos tienen un rol de importancia en la “obsesión” que muchos chicos desarrollan frente a la tecnología : los juegos de play, los celulares, ipads, tablets, etc. Es así como, de a poco, los chicos se van aislando del mundo y se privan de interactuar con el mundo y las personas que les rodean. Es ya harto sabido que, una sobrecarga digital puede perjudicar el crecimiento social, emocional e intelectual de un niño.
Esta conclusión ha llevado a muchos expertos a sugerir a los padres maneras de prevenir o rectificar estos problemas antes de que ocurra el daño. Asi es como, no todo esta perdido y , aunque parezca complicado, es posible rectificar estas conductas en los menores. Como padres, tenemos una oportunidad de guiar a nuestros hijos a aprender hábitos que les ayuden a hacer uso de este mundo, sin ser tragados por él.
Los niños no deberían tener celulares propios ni TV en sus habitaciones. Ellos aprenden con el ejemplo, y a menudo copian el comportamiento de los adultos. Con frecuencia, solemos retirar a nuestros hijos del colegio o sacarlos a pasear a la plaza y, en lugar de estar charlando con ellos, interiorizandonos sobre sus vidas y los sucesos del día, estamos conectados a la compu o al celular, respondiendo mails personales o laborales, chateando por whatssap … Por otra parte, también corremos más riesgo de que sucedan accidentes en el hogar (y ni hablar en la calle), si en lugar de estar prestando atención a los chicos, estamos mirando la pantalla de nuestro celular o tablet. Como papás, deberíamos pensarlo 2 veces antes de utilizar sus dispositivos móviles en presencia de nuestros hijos. Lo ideal es revisar los mails antes de que se levanten los niños, mientras están en el colegio o, después de que se acuesten.
Los intentos por cambiar el comportamiento digital pueden enfrentar cierta resistencia. Pero lo importante es no tener miedo, el miedo paraliza y hay que actuar, ser decisivo y evitar las negociaciones. Los niños se convierten en adultos fuertes a través de pequeñas desilusiones. No importa si tu hijo se vuelve loco, se aburre o se pone nervioso porque no sabe que estan haciendo sus amigos en línea. Es aconsejable establecer horarios libres de dispositivos durante el día, como la primera hora después del colegio y una hora antes de acostarse. Tampoco se deberían permitir los teléfonos móviles y tablets en la mesa, al desayunar, almorzar, merendar o cenar.
Controlar el tiempo que los niños pasan en con elementos es responsabilidad de los padres. Como los dispositivos se pueden encender en cualquier momento, el rol de los padres es supervisar su uso, controlar el tiempo y luego asegurarse de que se están siguiendo las reglas acordadas.
