19 de abril de 2024

¿Pueden los niños aprender a autocontrolarse?

Conseguir metas a largo plazo nos resulta difícil, y es que resistirse a las tentaciones no es tarea fácil. Sin embargo, ¿Qué papel juega el autocontrol en nuestras vidas? El éxito depende directamente de nuestro autocontrol. La fuerza de voluntad o la resistencia a la tentación es un desafío que siempre ha suscitado interés en la sociedad (no hay que sino recordar la muy referenciada tentación de Adán y Eva en el Jardín del Edén). Y es que, no es algo nuevo el hecho de que el autocontrol resulta clave a la hora de alcanzar metas. Nos ayuda a tomar decisiones difíciles, a continuar esforzándonos y a aumentar las oportunidades.

El test del Marshmallow de Walter Mischel

Walter Mischel desarrolló un estudio longitudinal que demostró que la capacidad de autocontrol en la infancia desempeña un papel muy importante a lo largo de la vida. Quería saber cómo y cuándo se desarrolla el autocontrol y, para ello, puso en práctica una serie de experimentos en la década de 1960. Reunió una muestra de 32 niños de 4 y 5 años a quienes hacía esperar a solas en una habitación frente a un plato que contenía un marshmallow con una condición: si esperaban quince minutos sin comerse el dulce, podrían obtener un segundo marshmallow. Los resultados del test demostraron que dos tercios de la muestra de los niños se comían el marshmallow antes de que transcurrieran los 15 minutos. De hecho, solo 1 niño de cada 3 esperaron (y no sin angustia) a que volviera el adulto para recibir su recompensa: el segundo marshmallow. Lo sorprendente de este estudio longitudinal fueron los resultados del seguimiento que se les hizo a los niños del test. Los niños que habían esperado en el test y que ahora tenían una edad cercana a la treintena, manifestaban más éxito en su vida personal y profesional con respecto a los que comieron el marshmallow sin esperar:

  • Alcanzaban sus metas con eficacia y soportaban mejor las frustraciones y el estrés.
  • Se distraían menos cuando trataban de concentrarse.
  • Eran más independientes y seguros de sí mismos.
  • Presentaban una mayor autoestima.
  • Eran más atentos y previsores.

Desde la infancia, algunos niños poseen más autocontrol que otros, pero eso no quiere decir que no se pueda desarrollar o asimilar. La capacidad de resistir a la tentación y de aplazar la satisfacción inmediata para conseguir un objetivo puede aprenderse. Es una capacidad cognitiva susceptible de modificación que, según Mischel, puede desarrollarse a través de estrategias. La madurez es controlar deseos y retrasar gratificaciones. Si no nos dejamos arrastrar por los primeros impulsos, estaremos tomando el control de nuestra vida y gozaremos de verdadera libertad.

Cuando entramos en una panadería, nuestro deseo y tentación aumentan según nos vamos acercando a las facturas, medialunas y productos dulces. Sin embargo, cuando pensamos en sus calorías y en las advertencias de nuestro médico, el deseo disminuye. Y es que, según Mischel, el deseo no reside en el estímulo, sino en nuestra mente. En la capacidad de autocontrol conjugaban dos aspectos: los “calientes” y los “fríos”. Es decir, cuando pensamos en las calorías de una porción de torta, estamos enfriando nuestro deseo.

Lo que importa es la forma de evaluar mentalmente el estímulo. Es decir, si cambia la idea que tenemos sobre él, su efecto sobre lo que sentimos (el deseo) cambia también. Nuestro estado de ánimo también influye en la consecución de nuestras metas. En el Test del Marshmallow, aquellos niños que pensaban en cosas divertidas mientras esperaban su recompensa, aguantaron con éxito. Por lo tanto, si nos sentimos tristes o nos encontramos mal emocionalmente, es más probable que caigamos en las tentaciones, ya que nuestra capacidad de autocontrol disminuye. De hecho, las personas que son propensas a la depresión tienden a preferir las recompensas inmediatas, a pesar de que sean menos valiosas.

Se ha hablado mucho del “principio del éxito” y sobre las claves necesarias para triunfar en la vida. Aquellas personas con la capacidad de aplazar la satisfacción para obtener una gratificación final más valiosa, resultan más exitosas a todos los niveles. No caben dudas de que es importante desarrollar estrategias desde la infancia para fomentar el autocontrol. Marcarmetas concretas y objetivos realistas, saber manejar las tentaciones y mantener una motivación diaria hacia el autocontrol desde chicos es la base para el camino hacia el éxito.