25 de abril de 2024

La tecnología afecta seriamente la socialización en los niños

Todos sabemos que la socialización es una tarea artesanal y no puede quedar librada a un dispositivo electrónico. Los padres cumplen un rol básico y fundamental para poner límites en su uso.

Invitar a un amigo/a de nuestro hijo/a a jugar a casa hoy “funciona” de otra manera. No hace mucho tiempo, los chicos solián entretenerse y vincularse mediante juegos de mesa, charlas, jugando a la pelota, a las exondidas, a la mancha. La interacción era bien palpable, real y sumamente enriquecedora para ambos niños. En la actualidad, y con tantatecnologia de por medio, los padres se asombran al observar que los chicos se siguen invitando pero, al hacerlo, cada uno se sienta a jugar con su propia tablet, ipad, celular, ipod, play o computadora. Se sientan cerca, uno al lado del otro, pero cada uno inmerso en su propio mundo y casi ni se dirigen la palabra. Toda la “charla” pasa por el dispostivo electrónico.

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En los casos más extremos, la adicción que se genera debería alertarnos. Los chicos suelen irse a dormir con algún dispositivo y al despertarse, antes de desayunar ya están nuevamente “conectados” con alguna pantalla. No paran de usar sus equipos e interactuar en las redes sociales. La tecnología impacta en los juegos infantiles y en la forma de construir vínculos. La importancia está en la vinculación que se establece con el dispositivo por encima de los vínculos que se construyen con los otros. No son pocos los chicos que apelan al uso de dichos soportes porque son sus padres quienes generalmente los proveen para que sus hijos se entretengan.

La mayor responsabilidad es de los padres o los adultos que están a cargo. No hay que demonizar la tecnología, pero los adultos no pueden exigir un uso racional sin un sinceramiento previo de ellos. Es como si con el tema de las previas y el alcohol un padre le dice a un hijo “no tenés que tomar”, y lo hace con un vaso de whisky en la mano. Una pantalla no puede mediar en la relación entre padres e hijos. Llegar a casa por la noche, querer ver un programa y pedirle al hijo que se entretenga solo es habitual. Pero luego esos mismos padres pretenden tener niños lectores. Los vínculos y las relaciones se construyen, requieren esmero, dedicación y proponer los intereses y gustos del adulto. Los tiempos cambiaron, la tecnología tiene muchas virtudes, pero a veces hay que saber dónde, cúando y cómo usarla.