25 de abril de 2024

Estudios prenatales

antes-de-nacer

Hay diversos análisis que deben empezar a realizarse a partir de la confirmación de un embarazo. Tiempo atrás, los estudios y análisis se llevaban a cabo en casos puntuales pero, en la actualidad, la gran mayoría de ellos se han vuelto de rutina. Es muy probable que en la primer visita al obstetra, éste recomiende hacer un análisis completo de sangre y orina y una ecografía transvaginal. Este último estudio no sólo sirve para confirmar el embarazo sino para chequear los latidos del corazón del embrión. Se realiza a partir de la sexta semana de embrarazo, siempre contando a partir del primer día de la última menstruación.

Los análisis más comunes incluyen :

  • ECOGRAFIAS :  a lo largo de todo el embarazco se recomiendan 3 ecografías. Esto siempre es a criterio de cada médico. Algunos poseen ecógrafo en sus consultorios y es normal que chequeen al bebé cada vez que vamos al control. Suelen, igualmente, comparar los estudios con los de ecografías que piden para realizar en otros centros médicos. Otros médicos, se abstienen de realizar muchas ecografías y se ajustan a la cantidad de 3, salvo que consideren que existe algún inconveniente (hematomas, placenta previa, etc). La primer ecografía informa si el embrión se ha implantado correctamente en la matriz y así descartar cualquier embarazo ectópico, permite corroborar el ritmo cardíaco y datar el tiempo de gestación midiendo el embrión desde la coronilla hasta la nalgas. también sirve para detectar cualquier problema de gestación y si es un embarazo único o múltiple. Esta primer ecografía se lleva a cabo entre la semana 8 y las 12 posterior a la primer falta de menstruación. Pasada la semana 20, la medición no puede ser realizada porque el feto creció bastante y al tener menos espacio en el útero, empieza a arquear la espalda. La segunda ecografía determina la existencia de vitalidad fetal y el ecógrafo puede ver al feto desde todos los ángulos, descartando cualquier malformación en extremidades, toráxicas o cefálicas, la integridad de la columna vertebral y eliminar que existan problemas renales, cardíacos y genitales. Además, si el bebé lo permite (dependiendo de la posición en que se encuentre y de la experiencia del ecografista), es posible detectar el sexo del bebé. Por lo general, los varones se ven con mayor facilidad, asique si en esta ecografía nos dicen que el sexo es masculino, seguramente así será. Se recomienda hacer esta ecografía entre las semanas 18 y 20. La tercer ecografía detecta la ubicación de la placenta, comprueba el crecimiento del feto, chequea que el cordón umbilical no esté rodeando el cuello, mide la cantidad de líquido amniótico, visualiza la posición y presentación del feto al momento del parto (como ya creció mucho, no tiene posibilidad de cambiar de posición luego de estas semanas), calcula el peso aproximado y mide el diámetro biparietal de la cabeza. Esta última medición sirve para chequear que la cabeza del bebé no sea mayor que la pelvis de la madre. Se recomienda realizar esta última ecografía entre las semanas 34 y 36.

  • ECOGRAFIAS 3D y 4D : hasta no hace mucho tiempo las ecografías eran en dos dimensiones, pero gracias a la tecnología, hoy podemos ver a nuestro bebé enn varias dimensiones agregando relieves y volúmen a las imágenes obtenidas. También permite tener mayor precisión en el estudio. Sirven para diagnosticar con seguridad las lesiones cutáneas y el labio leporino en el feto, la estructura ósea de la cabeza y observar el interior y cada una  de las partes del cerebro. Pero, la principal ventaja tiene que ver con el aspecto emocional de los futuros papás ya que sería como ver una foto del bebé.

  • NT PLUS 11-14 :  este test consiste en un análisis de sangre y ecografía tradicional. Para realizarlo, se evalúa la anatomía embrionaria y se lleva a cabo una medición de su translucencia nucal por medio de la ecografía. Asimismo, se basa en la determinación de la hormona placentaria en la sangre materna. Toda esta información se procesa utilizando un software especial y se obtienen los resultados finales, los cuales sirven para descartar en gran medida el riesgo de que el bebé sufra algún tipo de anormalidad o malformación cromosómica severa, como el Sindrome de Down. Se recomienda realizarla desde la semana 11 hasta la semana 14. Usualmente, si no llegasen a haber antecedentes familiares de anormalidades cromósomicas y si los padres (esencialmente la mamá), tiene menos de 35 años, los obstetras no piden este estudio porque no lo consideran necesario. Igualmente, si los papás desean estar más “tranquilos” se puede conversar con el obstetra y realizarlo ya que no implica ningún riesgo para el bebé.

  • AMNIOCENTESIS : se trata de un procedimiento a través del cual se obtiene una muestra del líquido amniótico. Se usa un ultrasonido para guiar las acciones del médico, quien insertará una aguja a través del abdomen materno para así llegar al líquido amniótico y poder extraer la muestra del mismo. Luego, se chequean los latidos del feto. Este estudio NO es de rutina y se realiza bajo exclusivo criterio del obstetra quien evaluará los riegos-beneficios en llevarlo a cabo. El estudio sirve para detectar anomalías de cromosomas, enfermedades que afecten su metabolismo, espína bífida, anencefalia, síndrome de Down, otras enfermedades producidas por un gen anormal, neurológicas, desarrollo pulmonar. Se recomienda realizarlo entre las semanas 15 y 18. Se suele pedir en caso de que existieran antecedentes familiares de anormalidades cromósomicas, si la pareja ya ha tenido un hijo con alguna anormalidad, si la futura mamá tiene más de 35 años (aumenta la posibilidad de anormalidades cromosómicas con la edad de la mujer) o si es portadora de alguna enfermedad genética (por ejemplo, la hemofilia), si ambos padres son portadores de enfermedades como tay-Sachs o glóbulos falciformes, si es sumamente necesario chequear la maduración pulmonar del bebé, si otros tests como el de alfafetoproteínas han reflejado resultados anormales.

  • ECOCARDIOGRAFIA:  es simplemente una ecografía normal pero quien la realiza es un cardiólogo o especialista en a materia. Permite detectar alteraciones cardíacas en el feto. Se recomienda realizarla en la semana 26, si en la ecografía de la semana 20 se ha observado alguna irregularidad.

  • CORDOCENTESIS:  se trata de un estudio que se lleva a cabo a partir de una muestra fetal obtenida del cordón umbilical, cerca del punto de intersección con la placenta. Para obtener esta muestra es necesario realizar una pequeña punción a través del abdómen de la mamá, guiada por ecografía, hasta llegar al punto exacto del bebé. Se recomienda realizar este estudio en la semana 20 cuando el obstetra sospecha que existe algo anormal después de realizar la ecografía correspondiente a esa semana.
  • TRIPLE SCREENING : se realiza un análisis de sangre a la mamá para así medir los niveles de 2 hormonas del embarazo : el estradiol y la gonadotropina. El laboratorio calcula el riesgo que tiene la madre de tener un bebé con problemas en función de su edad, peso y si sufre de diabetes. Se recomienda realizarlo entre las semanas 12 y 16.

  • AFP PLUS o TRIPLE TEST : se realiza para identificar aquellos bebés que puedan llegar a tener algún defecto al nacer. El triple test bioquímico en sangre materna se basa en el dosaje de 3 proteínas, algunas fetales y otras placentarias, extrayendo una muestra de sangre de una vena de la embarazada. Los dosajes se vuelcan, junto con otros datos, en un software hecho en base a resultados de millones de embarazos y de ellos surge el resultado del test. Se recomienda efectuarlo entre las semanas 15 y 20.

Fuente : Revista Para Ti Mamá