20 de abril de 2024

Consejos útiles para fomentar la socialización en los niños

El ser humano es social por naturaleza. Vivimos en comunidad y nos relacionamos continuamente con otras personas. La socialización es un proceso de aprendizaje contínuo mediante el cual adquirimos una serie de habilidades para relacionarnos de forma óptima con diferentes personas y en diversos contextos. Cuanta más inteligencia social tengamos, más feliz y fuerte seremos, y mejores relaciones personales obtendremos. De modo que, de forma progresiva, interiorizamos las pautas de comportamiento que son correctas en nuestra cultura. Además, poco a poco, vamos perfilando nuestra personalidad e identidad, puesto que cada persona tiene su propio carácter y manera de expresarse.

Desde muy pequeños tenemos que aprender a convivir con los demás. Pero esto no siempre es tarea fácil. Hay que tener en cuenta que las primeras experiencias sociales que presencia un bebé se dan en el seno familiar. Esto va a determinar la forma en la que va a interactuar con el mundo. La inteligencia emocional comienza a desarrollarse en los primeros años. Todos los intercambios sociales que los niños tienen con sus padres, maestros y entre ellos, llevan mensajes emocionales.

Es muy importante enseñar habilidades sociales desde la etapa infantil. A los niños hay que inculcarles lo antes posible conductas positivas que les ayuden a desenvolverse y responder adecuadamente ante diferentes situaciones. En consecuencia, los niños tendrán recursos suficientes para afrontar los cambios, solucionar conflictos, vencer la timidez, trabajar en equipo, establecer relaciones sanas de amistad, etc. Por lo tanto, con la socialización se previenen posibles problemas que se pueden dar a lo largo de la vida de cualquier persona.

El niño es un reflejo de lo que observa a su alrededor. Es por este motivo que se puede decir que existen varios agentes implicados en su socialización: la familia, las personas próximas a su entorno: amigos, vecinos, etc., la escuela y los medios de comunicación.

La familia es el agente primario de socialización. La madre y el padre deben establecer con su hijo una vínculo de apego seguro. Tienen que encargarse de educar al niño en un ambiente basado en la comunicación, el respeto y la tranquilidad. Así, se potencian, desde el hogar, valores indispensables para su desarrollo social.

Consejos útiles para fomentar la socialización en los niños

La autoestima: es un concepto que hace referencia a la percepción que uno tiene de sí mismo. Ser consciente de nuestras características personales es una cualidad básica para aceptarse y corregir aquellos comportamientos que creemos que podemos mejorar. Debemos criar a niños seguros de sí mismos y con una buena autoestima. El cariño y el aprecio por uno mismo es fundamental para expresar sin miedo las emociones, sentimientos y pensamientos. Esto está muy relacionado con la socialización puesto que, si el niño consigue conocerse y comprenderse a sí mismo, puede desarrollar la capacidad de entender intenciones, motivaciones y deseos ajenos.

Educación en valores: es necesario que los chicos crezcan con una educación en la que se transmitan valores sólidos y positivos. Entre ellos, hay dos que son esenciales para poder adquirir unas adecuadas habilidades sociales:

  • Asertividad. Es la capacidad para manifestar, con respeto y firmeza, las propias ideas, sentimientos y pensamientos. Se trata de decir las cosas claras sin incomodar a los demás, evitando ser demasiado agresivo o tener una actitud pasiva.
  • Empatía. Es la habilidad para ponerse en el lugar del otro, comprender sus sentimientos y responder con eficacia. Consiste en reconocer e interpretar las emociones de los demás y compartir dichos estados afectivos.

La empatía y las habilidades sociales son inteligencia social, la parte interpersonal de la inteligencia emocional. Por eso se parecen.

La comunicación: es la base de toda relación sana. Es por eso que los padres deben tener una actitud abierta al diálogo y la reflexión. Se trata de cumplir la función de explicar y hacer entender las normas, las reglas y los valores sociales. Además, es necesario fomentar la escucha activa, ya que la comunicación no solo se debe centrar en expresar las ideas que uno piensa, sino que también hay que tener en cuenta las impresiones de la otra persona. En definitiva, este es un requisito indispensable para poder entenderse y socializar con todo tipo de gente.

El juego social: se debe acostumbrar al niño a jugar de forma social. Es decir, hay que propiciar contextos en los que pueda relacionarse de forma divertida con otros niños. Así, desde que son pequeños, aprenden a interaccionar con los iguales, mientras asumen valores sociales como la cooperación, el compañerismo, la generosidad, etc. Por tanto, se puede decir que el juego es una actividad ideal para implementar la socialización en la infancia.

En resúmen, para mejorar la socialización en los niños simplemente hay que ofrecerles una educación de calidad, centrada en el cariño, la atención y la comprensión, de forma que puedan desarrollar satisfactoriamente la inteligencia emocional y las habilidades sociales necesarias para socializar con los demás.