29 marzo, 2024

¿Cómo son los niños «indigo» y «cristal»?

Los términos “Índigo” y “Cristal” les fueron dados a estas 2 generaciones porque describen de manera muy precisa los colores de sus auras y sus patrones de energía. Los Niños Índigo tienen mucho azul índigo en sus auras. Este es el color del “chacra del tercer ojo”, el cual es el centro de energía dentro de la cabeza localizado entre las dos cejas. Este chacra regula la clarividencia, o la habilidad para ver la energía, visiones, y espíritus. Muchos de los Niños Índigos son clarividentes. Los Niños Cristal tienen auras cambiantes, con hermosos tonos pasteles multicolores. Esta generación también muestra una fascinación por las rocas y los cristales.

Como parte de la maduración y arraigo en el mundo material, en un momento, el niño manifestará cierta negación o rechazo hacia lo que antes parecía anhelar o buscar intuitivamente. Cuando comienza a encarnar en el mundo, a enfrentarse con sus propios desafíos, debe, de alguna manera, alejarse o negar su conexión espiritual. Lo hace para encontrar su independencia y su individualidad, y también busca con ello, fortalecerse en su lugar actual de pertenencia. Si los queremos ayudar… no presionemos, no los obliguemos a que demuestren o sean lo que esperaríamos que sean. Aquí la clave del cómo educarlos y guiarlos, para que su vuelo en este plano sea más sutil y llevadero.

Ciertos chicos vienen muy evolucionados o son muy inteligentes comparándolos con generaciones anteriores. Desde hace años vienen encarnando seres cada vez más evolucionados, con personalidades que desde la primera infancia manifiestan dones extraordinarios. Ellos son una gran cantidad, no representan uno o dos individuos aislados sino toda una multitud que colabora ampliamente a la evolución planetaria.

Los niños índigo se multiplicaron a partir de los años 70 y 80 -cuando fueron un verdadero boom-. Estos chicos, que ahora son adultos, abrieron el camino con su temperamento auténtico. Ya de pequeños no soportaban la manipulación ni la deshonestidad y rechazaban la autoridad creada a través de la culpa o el temor. Eso los transformaba en verdaderos rebeldes que lograron, con su manera de ver la vida, cambios en la educación. Pedían cosas rarísimas para la época: ser tratados respetuosamente como individuos de la comunidad, que ese trato, sin importar la edad, fuera reflexivo y participativo, es decir que su palabra fuera tenida en cuenta. Así lentamente estos guerreros trajeron un cambio de conciencia planetaria, tiraron algunas estructuras y normas que fueron quedando muy viejas y caducas y facilitaron la creación de otras nuevas. Los índigo siempre califican como niños problema ya que no encajan en las normas establecidas. Su misión sanadora tiene que ver con cambiar estructuras en los distintos sistemas, roles familiares, formas de gobierno, valores sociales y demás, y hacerlas más dignas, más reales y cercanas al ser individual. Aun siendo tan guerreros necesitan enormemente estructura y sostén, todo lo que les aporte verdad y responsabilidad personal los va a ayudar. Necesitan incluir mucho movimiento en su día. Hiperactivos, hacen muchas cosas a la vez y, por ejemplo, pueden concentrarse y estudiar mejor si al mismo tiempo utilizan la energía corporal y el espacio jugando con una pelota.}

Cerca del año 2000 comenzaron a llegar los niños cristal, ya tenían muchas cosas facilitadas por la generación anterior y podían manifestar el poder del amor y de la compasión. Con sus grandes ojos penetrantes, estos pequeños miran el mundo con serenidad. Poseen una gran capacidad afectiva que les permite sentirse muy conectados con los demás y por eso a menudo se involucran pacíficamente en reclamar todo tipo de cuestiones por otras personas o por el medio ambiente. Conectan profundamente con la energía de la naturaleza y a veces se molestan en espacios cerrados o con mucha gente. Disfrutan estar solos y en tranquilidad. Algunos Niños Cristal también parecen tener problemas con la coordinación y con «estar en sus cuerpos». Para muchos, es su primera experiencia el estar en un cuerpo, y pueden necesitar ayuda para negociar los mecanismos de la encarnación física. Los padres pueden necesitar ayudarlos con Terapia Ocupacional y de Juego, o con clases en creatividad y movimiento corporal tales como el arte y la danza. Es muy triste ver como, con la complacencia de sus padres, muchos de estos niños resultan etiquetados erróneamente como niños problema, hiperactivos, con déficit de atención, etc. Afectándolos asi para toda su vida; es necesario entender que este tipo de comportamientos pueden deberse a que se trata de seres con diferentes expectativas, necesidades, gustos, comportamientos que no por ello son malos ni buenos, simplemente diferentes. Los cristal son hipersensibles y saben leer fácilmente las emociones de los ambientes. Por eso necesitan espacios armoniosos y mucho contacto con la naturaleza y el sol para estar felices. Ellos pueden llorar fácilmente por cuestiones o imágenes que vean en los medios de comunicación, como guerras o violencia, ya que son guardianes de la vida y naturalmente honran a todas las criaturas. Tomar contacto con esas realidades siempre los desequilibra y los pone más introvertidos. Entonces, pueden asombrarte con reflexiones extraordinarias pobladas de sabiduría innata.

Quien quiera reconocer a estos niños, pósese en su mirada. La transparencia y pureza de sus ojos desnuda el alma de quien los mira. Miran fijo, de forma sabia y madura.

Niños índigo:

  • Son nobles. Tienen un profundo sentido de dignidad e identidad.
  • Son auténticos. Se frustran frente a situaciones de manipulación o frente a las falsas máscaras que esconden los sentimientos.
  • Son guerreros. Son rebeldes a la autoridad si no está amorosamente justificada.
  • Son hiperactivos. No soportan las rutinas inútiles, utiliza creativamente el tiempo.
  • Están aparentemente disconformes. Usan la creatividad para mejorar el entorno.

Niños cristal:

  • Son pacificadores. Positivos y serenos, evitan situaciones de conflicto.
  • Son mediadores. Piden diplomáticamente eso que necesita para sí y para los demás.
  • Son empáticos. Aman la vida y la naturaleza donde sea que se encuentre.
  • Son silenciosos. Tardan en comenzar a hablar, puede ser introvertido, disfruta estar a solas.
  • Son amorosos. Demuestran una gran capacidad afectiva hacia todos los reinos de la naturaleza.

Si se cree en un mundo competitivo y agresivo, la enseñanza estará enfocada en la supervivencia; en aprender a defenderse desde el individualismo u egoísmo; si se cree que los estados de crisis y angustia pueden ser aplacados con regalos materiales, cada vez que el niño demande atención, intentaremos calmarlo a través de objetos, programas televisivos o juegos de computadora. Pues, si, aquí se está empujando al niño a un abismo de dolor.

La humanidad, el ser humano como todas las especies evoluciona y ha evolucionado. Ya no se trata simplemente de un cambio generacional el que nos separa de nuestros hijos, sobrinos, primos o niños de hoy. Esta nueva era ha llegado con una nueva generación de seres más evolucionados y sensibles, acordes a las nuevas vivencias,  desarrollos y necesidades del planeta y  la humanidad.