29 marzo, 2024

¿Cómo me doy cuenta si mi hijo es hiperactivo?

En muchas oscasiones los papás suelen repetir una y otra vez que tienen un hijo/a hiperactivo/a porque es muy inquieto y le cuesta aceptar límites. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el chico/a en cuestión no es hiperactivo, sino que es simplemente revoltoso y no presenta otro comportamiento extraño que llame mucho la atención. Diagnosticar a un niño con un sindrome de hiperactividad no es sencillo y requiere de un análisis complejo en el cual intervienen médicos, pediatras y psicopedagogos.

El hecho de tener un hijo/a con hiperactividad en la casa suele traer varios problemas, sobre todo cuando no se tiene un diagnóstico y no se sabe cómo llevar a cabo un tratamiento correcto. El hogar se vuelve tenso y el malhumor ronda por todos los rincones. Sus comportamientos generan conflictos en la familia, desaprobación y rechazo. Son irritantes y frustrantes en cuanto al éxito educativo de los padres, y algunos niños tienden al aislamiento social. Este trastorno ya se detecta antes de los 7 años y unos tienen síntomas más graves que otros.

Una cosa que hay que tener en cuenta, es que si los padres retan de manera exagerada al niño hiperactivo, le pueden terminar de fomentar una baja autoestima (sobretodo si lo critican por todo lo que hace) y realimentan el trastorno, ya que el pequeño acabará por no esforzarse por portarse bien, pues verá que siempre terminan retandolo haga lo que haga. Los padres conviven con esa incertidumbre y agotamiento por no «saber qué hacer» con el chico «problemático».  Y, es que, la hiperactividad infantil es bastante frecuente. Se calcula que afecta aproximadamente a un 3% de los niños menores de 7 años y es más común en niños que en niñas (se da en 4 niños por cada niña).

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No todos los chicos con hiperactividad poseen las mismas características, no todos salen de un mismo «molde», pero, a modo general, se destacan ciertas conductas en común :

  • ATENCION : poseen falta de atención cercana a detalles. No son constantes y la distracción más vulnerable es a los estímulos del ambiente. En el hogar se les dificulta seguir las pautas que se le marcan, no se pueden organizar y pareciera que no escuchan cuando se les habla. En el colegio cometen errores continuamente por no fijarse en los trabajos o en las diferentes actividades. Suelen saltar de una tarea a otra sin finalizar ninguna y esto es porque evitan situaciones que impliquen un constante nivel de esfuerzo mental.
  • IMPULSIVIDAD : suelen actuar de manera «instantánea», sin pensar en las consecuencias. Son inquietos y movedizos con las manos y pies y les cuesta poder quedarse sentados y quietos. Se ponen activos en situaciones inapropiadas o cuando se les marca que no es el momento. Suelen hablar en forma excesiva, responder antes que la otra persona finalice , interrumpen con frecuencia y tienen dificultad para esperar su turno. Poseen una incapacidad para inhibir conductas: dicen siempre lo que piensan, no se reprimen. Tienen impulsividad cognitiva: precipitación, incluso a nivel de pensamiento. En los juegos es fácil ganarles por este motivo, pues no piensan las cosas dos veces antes de actuar, no prevén, e incluso contestan a las preguntas antes de que se formulen.
  • EXCESIVA ACTIVIDAD MOTORA : son hiperactivos, siempre están en constante ir y venir, saltan, corren, no paran… y este excesivo movimiento no persigue ningún objetivo, carece de finalidad.
  • COMPORTAMIENTO INMADURO : son imprevisibles y su conducta suele ser inapropiada para la edad que transitan. No son malos pero sí sumamente traviesos y se muestran agresivos y violentos tanto en forma verbal como físicamente. Suelen mentir y cometer hurtos con bastante frecuencia. No obedecen, hacen lo contrario y opuesto a lo que se les pide.
  • DIFICULTADES EN APRENDISAJE :  entre el 40 o 50% de los niños hiperactivos tienen un bajo rendimiento escolar y esto nada tiene que ver con el coeficiente intelectual ya que el mismo es normal y en muchos casos hasta supera la normalidad. Lo que tienen son dificultades perceptivas, con lo cual no diferencian bien entre letras y líneas y tienen poca capacidad para estructurar la información que recibe a través de los distintos sentidos. Las dificultades estriban en la adquisición y el manejo de la lectura, escritura y el cálculo. Son torpes para escribir o dibujar, tienen mala letra y cometen grandes errores de ortografía. En calculo, se olvidan de operaciones básicas. En lectura, omiten palabras, sílabas e incluso renglones, no comprenden lo que leen, pueden identificar las letras pero no saben pronunciarlas correctamente. Tienen dificultad para memorizar y para generalizar la información adquirida.

  • INESTABILIDAD EMOCIONAL :  presentan cambios bruscos de humor (suelen ser bruscos e intensos e impulsivos), tienen un concepto pobre de sí mismos, de espíritu autodestructivo, una baja autoestima y no aceptan perder, por lo que no asumen sus propios fracasos. Son insensibles a los castigos, son problemáticos, facilmente excitables y presentan un nerviosismo muy marcado. Son tercos y obstinados y un umbral bajo a la tolerancia de frustraciones. Tienen una incapacidad para aplazar las cosas placenteras, ya que no pueden dejar de hacer las cosas que les gusta en primer lugar y aplazan todo lo que pueden los deberes y obligaciones. Siempre acaban haciendo primero aquello que quieren.

Indicadores de hiperactividad según las edades:

  1. De 0 a 2 años: problemas en el ritmo del sueño y durante la comida, períodos cortos de sueño y despertar sobresaltado, resistencia a los cuidados habituales, reactividad elevada a los estímulos auditivos e irritabilidad.
  2. De 2 a 3 años : inmadurez en el lenguaje expresivo, actividad motora excesiva, escasa conciencia de peligro y propensión a sufrir numerosos accidentes.
  3. De 4 a 5 años : problemas de adaptación social, desobediencia y dificultades en el seguimiento de normas.
  4. A partir de 6 años : impulsividad, déficit de atención y fracaso escolar, comportamientos antisociales y problemas de adaptación social.

El tratamiento depende de cada caso individual.

  • El tratamiento farmacológico más utilizado son los estimulantes, que sirven para ayudar a que el niño pueda concentrarse mejor, y los sedantes en el caso de que el niño muestre rasgos psicóticos. La psicoterapia está destinado a mejorar el ambiente familiar y escolar, favoreciendo una mejor integración del niño a la vez, que se le aplican técnicas de modificación de conducta.
  • El tratamiento cognitivo se basa en el planteamiento de la realización de tareas, donde el niño aprende a planificar sus actos y mejora su lenguaje interno.Para la realización de cualquier tarea se le enseña a valorar primero todas las posibilidades de la misma, a concentrarse y a comprobar los resultados parciales y globales una vez finalizada.