29 marzo, 2024

¿Como podemos reducir el azúcar en la alimentación de nuestros hijos?

Desde hace un tiempo, distintos organismos especializados en salud y alimentación están alertando sobre el consumo de azúcar añadido en niños, y abogando por reducir esta sustancia de la dieta de los menores. Es que ya no hay dudas de que un consumo elevado de azúcar puede ocasionar distintos problemas de salud en nuestros hijos, como por ejemplo : diabetes, obesidad, problemas cardíacos o caries dental. Estos pueden presentarse tanto en la infancia, como cuando ya somos adultos.

Reducir el azúcar de la dieta de los niños no es tarea fácil. El azúcar es uno de los sabores favoritos de los más pequeños. Cuanto más se consume más tolerancia se va adquiriendo, y hoy en día los niños están expuestos a multitud de productos azucarados. Por ello, lo mejor es tener paciencia, e ir reduciendo el consumo de azúcar de forma gradual, empezando por aquellos alimentos que nuestros hijos consuman con mayor frecuenciaSolo así conseguiremos que los pequeños se acostumbren de nuevo al dulzor natural de los alimentos.

Reducir el azúcar de la dieta de los niños puede ser sencillo si sabemos detectar en qué alimentos se encuentran. Los azúcares añadidos son aquellos que no existen naturalmente en una comida o bebida y son añadidos durante la fase de procesamiento o preparación. Así, se diferencian de los azúcares naturalmente presentes en los alimentos. Estos los encontramos en las frutas (la fructosa), la leche (lactosa), entre otros. En este caso, tiene que quedar claro que este no es dañino para la salud. Más bien al contrario, ya que podemos decir que estos alimentos son sanos y necesarios en una dieta saludable.

La mayoría de las personas consumen más azúcar de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Esta aconseja una ingesta reducida de azúcares libres a lo largo de toda la vida. El consumo máximo se establece en un 10% de la ingesta calórica total; preferiblemente no más del 5%. Tanto en niños como en adultos. Para los mayores,
esto sería lo mismo que tomar entre 25 y 50 gramos de azúcar al día. Para los niños, y especialmente los más pequeños que necesitan entre 1.200 y 1.400 calorías al día, estas cantidades son todavía más pequeñas. Asique, los niños no deberían tomar más de 20 a 30 gramos de azúcares  al día.

El problema es que en la composición nutricional no se puede  distinguir entre los azúcares propios y los azúcares añadidos. Por eso, la recomendación es fijarse siempre en los ingredientes de un producto. Si entre ellos encontramos azúcar, azúcar moreno, maltodextrina, jarabe de maíz, jarabe de glucosa, dextrosa y similares, lleva azúcar añadido. Son estos los azúcares en la dieta de los niños que tenemos que reducir.

¿Como podemos reducir el azúcar en la alimentación de nuestros hijos?

Disminuir notoriamente golosinas y chocolates

Sabemos que no es recomendable prohibir alimentos a los niños, ya que esto podría despertar un interés mayor por ellos. No tenerlos a mano en casa ayudará a reducir su consumo y a verlos como un producto de consumo ocasional. Se pueden guardar para ocasiones especiales y para ello es mejor comprarlos al momento.

Tomar agua en vez de gaseosas o jugos

El agua sigue siendo la bebida más saludable para hidratar a los niños. Si no la toman por sí sola, se le puede agregar un poco de fruta para saborizarla. Las bebidas azucaradas, los jugos, las gaseosas y las bebidas energéticas son los principales culpables de las altas ingestas de azúcar en los niños. Reducir su consumo es importante, ya que se trata de bebidas sin ningún valor nutritivo.

Evitar ciertos cereales

Los cereales de desayuno son otro de los productos que suelen venir cargados de azúcar. Sobretodo los especiales para niños. En este caso tenemos dos opciones: cambiar los cereales por copos de avena, copos de maíz tostados o arroz hinchado que no tengan azúcar, y mezclarlos con fruta, frutos secos, cacao o canela. O, sustituir los cereales  por tostadas o bocadillos. Las posibilidades son infinitas : con queso, palta, tortilla, atún, tomate, entre otros.

Consumir frutas o yoghurt

Para sustituir los postres lácteos como el flan o los yoghures firmes o bebibles saborizados, lo mejor es ofrecerles fruta, yoghurt natural, o kéfir natural. No solo estaremos reduciendo el azúcar sino que además se beneficiarán de la fibra, las vitaminas y los minerales de la fruta fresca. Si les gustan los yogures con sabores se pueden mezclar con fruta o trocitos de fruta deshidratada como pasas o dátiles.

Evitar productos especiales para niños

Algunos productos diseñados especialmente para los niños son fuentes significativas de azúcares añadidos. hay que tener mucho cuidado con esos productos especialmente diseñados para los más pequeños, que suelen ser vendidos en los supermercados. Nos referimos a leches, papillas, puré de frutas y similares. Aunque sus fabricantes se empeñan en destacar sus beneficios para la salud de los pequeños,  la mayoría de las veces llevan azúcar añadido en sus fórmulas. A partir del año los niños pueden tomar la misma leche de vaca que los adultos. Y, en el caso de los purés de frutas, galletas, cacao, etc., es aconsejable chequear siempre en los ingredientes y elegir las versiones sin azúcar o con menos azúcar.

Azúcar en productos insospechados

El azúcar se encuentra dónde menos lo esperamos. Sobretodo cuando se trata de productos procesados como salsas (ketchup, la caesar, la de tomate), derivados de la carne, pizzas, platos preparados o envasados. Aunque prepararlo todo nosotros mismos es muy difícil, siempre podemos cocinar nuestras propias salsas (mayonesas, salsa de tomate, salsa pesto, vinagretas…) y cremas de verduras, comprar los embutidos y el pan en tiendas de confianza donde podamos preguntar qué ingredientes usan y, leer las etiquetas del resto de productos para elegir las versiones sin azúcar.