20 de abril de 2024

Aumenta el número de madres que chequean a sus hijos via online

Se trata de una tendencia que está en alza: se van sumando las mamás que usan las cámaras para monitorear a sus hijos y a las niñeras, pero también para seguir, en directo, el día a día de sus bebes. Algunas, usan las versiones más modernas del baby call y otras instalan circuitos cerrados.

Si bien estos sistemas permiten acortar el tiempo de separación, no necesariamente es así. Uno no debería dejar a sus hijos con una persona en la que no tenga confianza ciega. No significa que las cámaras no sirvan. De hecho, permitieron detectar casos de maltrato por parte de los cuidadores. Pero no deben convertirse una adicción ese monitoreo de cámaras. La confianza no es un vínculo que pueda estar basado en una cámara de vigilancia. Existen otros indicadores en la conducta de los chicos que nos hablan de que algo no está marchando bien.

Las madres que defienden el uso de diversos dispositivos de monitoreo, argumentan que no los utilizan por desconfianza, sino que les resulta una manera de quedarse tranquilas , de no perderse momentos cotidianos de sus hijos y que, en caso de las cámaras, las chequean 2 o 3 veces por día y les sirve para reemplazar el o los llamados telefónicos que harían durante al día para ver si su hijo/a comió, durmió, cómo se siente, etc.

Es importante tener en claro que una cámara no reemplaza la presencia de la mamá o del papá. Brinda información, nos deja tranquilos, aporta la sensación de control, pero no permite establecer un vínculo, aunque permita hablarles y ponerles música. No hay que supeditar el cuidado ni la situación de contacto a la tecnología. El contacto interhumano es lo que nos salva de la depresión, de la locura y del autismo. El vínculo real permite sentir que el otro está conectado con uno, no sólo la idea de que otro lo está vigilando.

Antes de pensar en la cámara, los padres deben acertar con la persona que se ocupará del niño. La elección será adecuada si se toman recaudos básicos. Se trata de sentir confianza, que es un sentimiento que no siempre se percibe con todas las personas, por lo que hacer caso de nuestra intuición es importantísimo. Si hay algo que inquieta, seguir en la búsqueda. También hay una serie de recomendaciones a aplicar. Antes: pedido de referencias y, si es posible, la captación de datos a través de alguna red social. Probar a la postulante cuando todavía estamos en casa para observar personalmente su desempeño y para que incorpore las rutinas de la casa. Durante: solicitar a un abuelo (siempre es buena la cercanía de los abuelos), tío o amigo que se presente de manera inesperada y observe cómo van las cosas. Es importante también no olvidar dejar todos nuestros datos para situaciones complejas. Una cámara no suple todos estos pasos previos ni se convierte tampoco en una mamá a distancia

Por otra parte, también hay que tomar recaudos legales para no incurrir en un delito: la persona que cuida a los hijos debe ser debidamente informada por quien la contrata de que está siendo filmada. Lo que se aconseja es dejar el consentimiento por escrito. Las cámaras no pueden estar en baños ni en lugares privados. Además, la persona que está siendo filmada tiene derecho a acceder a esos registros, (no a las cámaras) sino a las filmaciones en las que aparece.