16 abril, 2024

¿Qué le sucede a nuestro cuerpo después del parto?

Luego del parto, nuestro cuerpo se transforma. Muchos cambios se revierten con el transcurso de los meses, y suelen demorar hasta un poco más de un año. Sin embargo, existen ciertas «secuelas» que nos quedan luego del embarazo que, si bien no son graves y muchas pueden aliviarse, con otras deberemos aprender a convivir de por vida.

que le sucede a nuestro cuerpo después del parto

Línea negra en el abdomen: se trata de esa línea que sale desde el pubis y sube en dirección al ombligo. En teoría se va tras el parto, pero tarda bastante. Y, lo ideal es evitar tomar sol en esa zona para que desaprezca más rápido.

Estrías: suelen aparecer durante el embarazo y no se borran tras el parto. Suelen aparecer en el pecho, alrededor del ombligo, en las caderas y en los glúteos. Muchas veces, las cremas no suelen ayudar a evitar su aparición ya que depende mucho de la genética de cada una. Sin embargo, existen productos que pueden colaborar para atenuarlas y que no sean tan visibles.

Flacidez: a diferencia de las estrías, la flacidez en el área abdominal puede corregirse y no siempre hay que recurrir a procedimientos quirúrgicos. Salvo que se haya adquirido un exceso de peso en el embarzado y se tenga flacidez en muchas zonas del cuerpo, con un buen plan de dieta, ejercicios localizados y específicos y mucha paciencia, se puede volver a tener esa panza chata y firme que teníamos antes del embarazo.

Celulitis: no es condición «post-parto», ya que la gran mayoría de las mujeres tienen celulitis desde la temprana adolescencia. Es un tema hormonal y genético y esto hace que casi nos sea imposible libranos de ella. El embarazo agrava el cuadro debido a los cambios hormonales. Igualmente, siempre es aconsejable realizar ejercicios, evitar la vida sedentaria, realizar una dieta sana, evitar el cigarrillo, el alcohol, y ciertos alimentos con exceso de grasas y/o azúcares.

Cicatrices: aún no habiendo pasado por una cesárea, las cicatrices que deja una episiotomía en un parto natural puede ser bastante molesta. Pueden darnos una sensación de tirantez y pesadez los días húmedos, puede producir cierto dolor o picar.

Contracturas: el sobrepeso propio de los últimos meses, y luegos las posiciones para amamantar, el agacharse para cambio de pañales, levantar al bebé, etc. hace que padezcamos con mayor frecuencia de contracturas, sobre todo en omóplatos y zona lumbar. La solución :reforzar la musculatura y hacer ejercicios de estiramiento.

Incontinencia urinaria: es muy normal entre mujeres que han tenido varios partos, o tras una cesárea. La vejiga desciende y eso nos provoca la incontinencia. En los casos más leves, los ejercicios de refuerzo del suelo pélvico, como los Ejercicios de Kegel,  pueden solucionarlo.

Problemas estomacales: luego del parto, nuestro estómago puede quedar más sensible a ciertos alimentos. Ingerirlos, puede provocar flatulencias, y dolores. Lo mejor es evitarlos y consultar a un médico si la situación se agrava o se dilata mucho en el tiempo.

Anemia:  es una secuela típicas del embarazo. Ya sea de forma natural, o si has tuvieron que hacerte transfusiones durante el parto, puede que te hayas quedado con bajas reservas de hierro. Lo mejor es consultar al médico quien usualmente ordena un tratamiento para aumentar tu nivel de hierro en sangre, en la cual además de algunos productos o medicamentos específicos, suma el hecho de encarar una dieta rica en hierro.

Molestias en las relaciones sexuales: la episiotomía puede retrasar que se retomen las relaciones pero con paciencia y comunicación, esta situación es completamente reversible.

Hipertiroidismo: no suele ser algo común y sólo se da en un porcentaje bajo. Los cambios hormonales asociado a el embarazo pueden alterar la tiroides y provocar hipertiroidismo. A las mujeres que lo sufren, se les suele aconsejar no volver a quedar embarazadas hasta que no controlen el problema.