23 de abril de 2024

¿Por qué tenemos hijos?

Muchas parejas deciden tener hijos y la respuesta al por qué de su decisión suele ser variada. En la mayoría de los casos, se suele decir que se desea y se tiene un hijo/a por “amor”, “para formar una familia”, “para sentirse realizados como pareja y familia”. También están los que, menos románticos quizás, responden que se les está por terminar el reloj biológico, que ya tienen una edad avanzada y no conviene seguir esperando, que tuvieron un nene y ahora buscan la nena, que no quieren quedarse solos  e incluso, que si no lo tienen pueden perder a su pareja …
Así es como, se puede deducir que muchos tienen hijos por numerosos motivos, pero muchos de ellos, se encuentran alejados del “amor” o que no sólo lo hacen por amor. Hay quienes tienen hijos por mandato social, por puro egoísmo, porque se dice que tener hijos “alarga” la vida y aporta vitalidad, por aburrimiento, para no sentirse “vacíos”, porque no encuentran algo que los realice a nivel personal.
Tener este cuestionamiento es políticamente incorrecto. El contraste entre la mención de que los hijos se tienen por amor -o para lograr la subsistencia de la especie- y lo que en realidad vemos en la sociedad a diario (hijos solos, hijos abandonados, niños hambrientos, niños golpeados, niños que pertenecen a las milicias urbanas) impulsa a debatir y cuestionarse sbre este tema.
por qué tenemos hiijos

Normalmente, nadie se suele preguntar “por qué buscar tener un hijo” porque el mandato social, cultural y el programa que poseemos en nuestros cuerpos es francamente reproductivo. Una mujer debe invertir 4 años en tener dos hijos y luego debe cuidarse 35 años para evitar tenerlos. Si no tenemos hijos estamos medio vacíos y nos perdemos una experiencia determinada. Por ello, son muy pocos los que deciden no tener hijos. Además, no tenerlos es un pasaporte a la censura popular.

En Argentina, existen algunas mujeres que deciden no ser madres pero ciertamente, son muy pocas. Generalmente, suelen ser mujeres que para llegar a esta reflexión deben elaborar un pensamiento y sostenerlo en cada momento puesto que la presión exterior es muy fuerte. Hay una condena explícita o implícita que tendránque afrontar por parte de la sociedad. Si bien se suele decir que la llegada de una bebé a la pareja, cambia todo, realmente no se toma conciencia al respecto. Se da por sentado y como algo “natural” que fluirá con suma delicadeza que transformarse de una pareja a una familia es algo bueno pero no enseñan el camino y se habla poco o nada de las ventajas y desventajas. Las hay y son muchas, pero no se dice qué se deberá resignar para transitar la nueva etapa.

Por otro lado, existe una tendencia a convertir al pequeño/a en el rey o reina del hogar y esto se traduce en la pérdida de intimidad en la pareja y que se viva siempre con la culpa de no haber dado todo. Este coktail sumado a la inexperiencia, falta de sueño, caos de horarios, falta de espacios individuales y personales (sobre todo en la reciente mamá) y a la inmadurez  (sobre todo para los papás primerizos) puede ser explosivo. Tener hijos puede ser una de las causa de que haya tantas separaciones. Asique, en los casos en los que la pareja no se encuentre transitando por su mejor momento, no hay nada peor que buscar tener un hijo. La pareja debe estar consolidada, porque la llegada de un bebé modifica la estructura de la misma y puede ocasionar verdaderos problemas.