Esta situación ha ganado más fuerza en los últimos tiempos ya que muchas mujeres también sienten la necesidad de ser madres perfectas, acompañar a sus hijos a las actividades extraescolares y evitarles todo tipo de problemas. Este estilo de crianza, denominado hiperpaternidad, acelera aún más el agotamiento e incrementa el estrés. De hecho, se ha apreciado que las madres sobreprotectoras tienen mayor riesgo de desarrollar trastornos emocionales como la depresión.

El Síndrome de Burnout se alimenta de la sensación de falta de control que experimentan muchas madres. A ellas les gustaría proteger a sus hijos pero a menudo se ven inmersas en situaciones que les recuerdan su impotencia. Esa sensación de incertidumbre e imprevisibilidad termina siendo muy desgastante desde el punto de vista emocional.

¿Cómo evitar este problema?

  • Priorizar las tareas del día. Aprender a jerarquizar las tareas y priorizar aquellas que sean realmente importantes. Si al final del día no has hecho todo lo que tenías programado en tu agenda, no agobiarse. No es necesario que ser una súper mamá.
  • Reservar unas horas SÓLO para una misma. Con los chicos, es difícil encontrar tiempo para una, pero si una no se lo propone, siempre terminaremos relegánddonos a un segundo plano. Por eso, hay que asegurarse de de reservar algunas horas para el relax. Podés dedicarlas a lo que más te interesa, ya sea un hobby, ir al gym, ir a un SPA, salir con amigas/os, ver una linda película, leer, cenar tranquila o darse un baño de inmersion con sales minerales.
  • Pedir ayuda. No tiene nada de malo apoyarse en las personas más cercanas, como la pareja, padres o amigos. De hecho, si se reparten las tareas del hogar de manera más equitativa una consigue más tiempo para una misma y nos encontraremos más relajadas y la relación con la pareja y la familia en general mejorará de manera notable.
  • Asumir un estilo de vida más sano. El estrés no solo es un problema emocional sino que también está determinado por los hábitos de vida que llevamos. Llevar una dieta sana, practicar actividad física, hacer terapia, y aprender técnicas de relajación colabora a evitar el estrés.

Cierto es también que hay mucho estrés adicional que agrega el ritmo de vida que se puede tener: los horarios del trabajo, los horarios de la escuela, las edades de los hijos, si los padres son muy jóvenes o ya no tanto, es estado de salud de los hijos, el estado de salud de los padres… etc.

En fin, las variables son muchas y no están en el control de quienes se ven afectados por las emociones de una madre agotada, pero siempre es una elección ser feliz con lo que sí se tiene y tratar de llevar lo mejor posible la carga. Ser mamá es un hermoso milagro, es un poderoso regalo para crecer y aprender de nosotras mismas.

Buscar lo positivo cada día, en las pequeñas y grandes cosas y hasta en los retos puede cambiar nuestra manera de entender y de llevar la maternidad.