29 marzo, 2024

¿De qué se trata del duelo perinatal?

La confirmación de un embarazo deseado es un estallido de felicidad. Casi inevitablemente comienza un desborde de emociones, deseos y expectativas. Sin embargo, es necesario superar el primer trimestre para estar seguras de que el embarazo trascurre sin mayores riesgos.

La mujer embarazada se ha hecho a la idea del bebé que viene en camino, se ha involucrado con el proceso y desea que llegue el día de ser madre. Sin embargo, por distintas razones, el bebé fallece dejando a todos consternados. El duelo perinatal es el que surge a partir de la muerte del bebé antes o a los pocos días del nacimiento. Es un dolor intenso, que toma por sorpresa a la mujer, a su pareja y a la familia. Como toda pérdida de un ser querido, esta deja una profunda huella emocional, con el agravante de que los padres y demás familiares cercanos no llegaron a conocer al bebé.

A este duelo se le llama perinatal porque es el que deriva de la muerte del bebé durante el  periodo que vae desde la semana 22 de gestación hasta una semana después del nacimiento. Los abortos espontáneos son los que ocurren antes la semana 12 o 13 de gestación. Aunque ocasionan un malestar emocional intenso en la mujer, técnicamente no se le considera como duelo perinatal.

Al dolor intenso que significa perder el hijo que se esperaba con tanto anhelo, se suma el hecho de que el duelo perinatal suele no ser reconocido por los entornos sociales y laborales de los padres. Lo que hace que el proceso de aceptación y sanación sea aún más complejo y lento.

Son varios los factores que pueden intensificar el malestar emocional que siente la mujer que ha perdido a su bebé:

  • Abortos espontáneos o muertes perinatales previos que no hayan sido superados.
  • El tiempo que se demoró en lograr la concepción del bebé.
  • La edad de la mujer que con el paso del tiempo imprime presión extra a la concepción.
  • La pérdida de un embarazo múltiple.
  • Los sentimientos de apego que se hayan podido gestar, sobre todo si se vio al niño nacer.
  • La falta de apoyo social. Los seguros médicos y centros hospitalarios no siempre prevén condiciones para atender estos casos.
  • La ausencia del padre que no se comprometió con el embarazo.
  • La imposibilidad de compartir experiencias y recuerdos con la familia o el entorno social, de darle nombre al bebé o de despedirse.

El duelo perinatal puede durar días, semanas, meses o incluso años. Todo dependerá del temperamento de la mujer y de las condiciones que rodearon a la muerte del bebé.

Como todo duelo, se conforma por varias fases o etapas:

  • Fase de negación: cuesta creer lo ocurrido. La mente de la mujer no estaba preparada para recibir una noticia tan impactante. Este estado de shock e incredulidad es el mecanismo de la mente para digerir poco a poco la abrumadora realidad.
  • Fase de ira: aparece cuando la madre siente culpa por lo ocurrido. Siente enojo contra sí misma, contra la pareja, contra los médicos que estuvieron en contacto con su bebé. Si la mujer es creyente hasta estará molesta con Dios, porque no entiende las razones de lo ocurrido. También, es común la envidia hacia las parejas que viven sus embarazos sin complicaciones y disfrutan de sus hijos.
  • Fase de negociación: comienza cuando la culpa se transforma en confusión. Es la que moviliza o perturba a los padres que sufrieron la pérdida. Se preguntan una y otra vez qué hubiera pasado si en vez de haber hecho tal o cual cosa, hubieran hecho otra para evitar la muerte del hijo. También, imaginan lo lindo y felices que hubiesen sido si el bebé hubiera estado con ellos.
  • Fase de depresión: la negociación dura poco y da paso a la depresión. Aparecen emociones o síntomas como tristeza, angustia, desgano, trastorno de sueño, pérdida de apetito. También, aparece la ansiedad ante la duda de lograr embarazarse nuevamente o el miedo de que pase lo mismo con el próximo embarazo.
  • Fase de aceptación: es la fase final y, ocurre cuando se logra aceptar que hay que seguir viviendo a pesar de haber pasado por una pérdida tan dolorosa. Poco a poco se retoma la rutina cotidiana. Sin embargo, para que surja la esperanza de concebir un nuevo bebé todavía hace falta que transcurra algún tiempo.

El duelo perinatal hay que vivirlo independientemente de las razones que motivaron la pérdida del bebé. La mujer, la pareja y la familia tienen derecho a vivir y superar su dolor. Poco a poco recobrarán la normalidad. Es cuestión de tener paciencia y esperar.

Cómo superar el duelo perinatal

Si una mujer se acaba de vivir la pérdida de un bebé, ésta tiene todo el derecho a vivir el duelo. Es necesario que así sea para que pueda aceptar, llorar con total libertad, evitar ponerse plazos para lograr una recuperación y sanar la herida que dejó el hecho de que el embarazo no llegara a feliz término. Para vivir y superar las distintas fases del duelo el médico debe brindar una explicación detallada de las razones médicas que ocasionaron la pérdida, así como las consecuencias que se puedan derivar hacia futuros embarazos. Por otra parte, no hay que reprimirse de nombrar al bebé frente a la pareja, familiares, amigos o compañeros de trabajo. Para elaborar el duelo no hay que olvidar al bebé fallecido. Hay que intentar hacer todo lo necesario para buscar sentirse un poco mejor cada día. No hay que olvidar cuidar la salud física y emocional y buscar ayuda profesional. Por último, si la mamá considera necesario llevar a cabo un ritual para despedir, honrar o recordar al bebé, es importante que lo realice.