19 de abril de 2024

¿Cómo se puede calcular la inteligencia de los niños?

Aunque sepamos que la inteligencia del niño no depende de sus notas, la gran mayoria de los padres nos dejamos impresionar con las calificaciones que van obteniendo en el transcurso de su etapa escolar. Una nota “10” o “Excelente” nos llena de orgullo y un reprobado o una baja calificación, nos decepciona. Es como si esa nota definiera quién es nuestro hijo y cuáles son sus capacidades.

Hay que saber que la inteligencia de un chico no se mide por un examen puntual ni por las calificaciones. Éstas son solamente una forma de medir un conocimiento. Sin embargo, no dan cuenta del esfuerzo y la dedicación que invirtió el niño en el proceso de aprendizaje. Tampoco demuestran si efectivamente el niño aprendió algo de forma consistente. Un niño con buena memoria quizás obtenga buenas calificaciones. Un niño con una inteligencia distinta a la materia en que es evaluado, puede reprobarla. Sin embargo, en la materia vinculada con su tipo de inteligencia seguramente será exitoso. Las calificaciones son mediciones en un momento, pero no dan cuenta de la inteligencia del niño ni del proceso de aprendizaje.

Por otra parte, NO existe una única inteligencia humana. En cada persona hay 8 tipos de inteligencias o habilidades cognoscitivas. Esta teoría de las inteligencias múltiples es reconocida en muchos ámbitos educativos. Hay una diversidad de inteligencias, que marcan las potencialidades, fortalezas y debilidades que tiene cada individuo y que marcarán su actuación en distintos escenarios. Esta teoría de las inteligencias múltiples permite valorar, comprender y estimular las potencialidades de cada niño, más allá de lo que pueda medir un índice de cociente intelectual. Un niño suele tener todos estos tipos de inteligencia, solo que unas son más preponderantes que otras.

Los distintos tipos de inteligencia

  • Inteligencia lingüística: Los niños con este tipo de inteligencia aprenden a escribir, leer, contar cuentos o hacer crucigramas con suma facilidad. Su lenguaje oral es tan bueno como el escrito. Tienen facilidad para aprender idiomas.
  • Inteligencia lógico-matemática: Los niños resuelven con facilidad problemas aritméticos, problemas de lógica-matemática, juegos de estrategia y experimentos. A aquellos con este tipo de inteligencia les resulta muy fácil resolver las pruebas de cociente intelectual.
  • Inteligencia visual y espacial: a los niños a los que les gusta dedicar su tiempo libre a dibujar, les gusta revolver rompecabezas o prefieren los juegos de construcción, tienen este tipo de inteligencia. Piensan en imágenes y dibujos.

  • Inteligencia musical: Son los niños que disfrutan, aprenden y aprecian las canciones y la música. Identifican con facilidad los sonidos. Tienen facilidad para aprender a tocar un instrumento musical.
  • Inteligencia corporal cinestésica: son niños con una notoria capacidad para realizar actividades que requieren fuerza, rapidez, flexibilidad, equilibrio y coordinación entre el ojo y la mano. Unen mente y cuerpo para lograr el mejor desempeño físico.
  • Inteligencia naturalista: son niños muy perceptivos que piensan por medio de sus instintos y que, consciente o insconscientemente, son grandes observadores. Esta inteligencia está vinculada a los sentimientos hacia la naturaleza, hacia los animales y hacia personas. Tienen la capacidad de crear con materiales naturales.
  • Inteligencia interpersonal o social: son niños que se comunican bien y son líderes en sus grupos. Entienden bien los sentimientos de los demás. Se les facilita tener relaciones interpersonales.
  • Inteligencia intrapersonal o emocional: Está relacionada con la capacidad del niño de conocerse a sí mismo: sus emociones, reacciones y su mundo interior. Son capaces de ponerle nombre a las emociones, interpretar y orientar la propia conducta.

Cuando un chico obtiene malas calificaciones, antes de enojarse o retarlo, hay que armarse de paciencia y de tiempo, dedicarle mucha atención, amor y contención para ayudarlo a superar las dificultades, descubrir sus talentos y estimularlos. Cada niño tiene su propio ritmo evolutivo y de aprendizaje. Hay que respetar ese ritmo, para que no se vea afectada la motivación para el aprendizaje.

Los resultados escolares no dependen exclusivamente de los maestros o demás profesionales que trabajan en la escuela. El apoyo que se le brinda en el hogar es fundamental. Hay que evitar a toda costa etiquetar a nuestro hijo/a cuando saca malas notas. Cualquier tipo de expresión, termina por estigmatizarlo y esto hace que la situación empeore. Es importante trabajar la motivación y la confianza del niño en sí mismo. La inteligencia del niño tiene un alto componente emocional que los adultos debemos alimentar.

El papel de los padres es ayudar a los niños a superar las dificultades y potenciar sus fortalezas. Más allá de que la escuela no tenga la visión para ver las capacidades en otros sentidos, es mucho lo que se puede lograr desde el hogar. Si lo estimulamos y reforzamos, el niño conseguirá todo lo que se proponga.