19 de abril de 2024

¿Cómo afectan las emociones al bebé durante el embarazo?

Durante el embarazo, es bien sabido que la mamá y el bebé se hallan totalemente “hiper” conectados. Las emociones y las sensaciones que pueda tener la futura mamá, no son ajenas al chiquito, sino que son bien percibidas por el bebé ya que son transmitidas neurológicamente. Los estudios psicológicos han revelado que los cambios de humor normales del embarazo no afectan al bebé de manera negativa. Es decir, si un día la madre se encuentra triste o enojada, esto no quiere decir que el bebé vaya a absorber esos sentimientos. El estado de ánimo de la mamá, el cual hasta puede fluctuar en cuestión de horas, no altera al bebé.

Sin embargo, lo que sí puede afectarlo son las impresiones fuertes que se tengan durante el embarazo. El estrés agudo, constante o una emoción intensa que deprima por largo tiempo, sí llega a afectar porque, en estos casos, el cerebro segrega químicos que pueden hacer que el bebé se sienta abandonado. Los neurotransmisores y la adrenalina pueden abundar en estas ocasiones, y éstos hacen que el bebé sufra emocionalmente.

Hay muchas situaciones que exponen a las futuras mamás a estrés; por ejemplo, las exigencias laborales, los sentimientos propios frente a un embarazo no deseado, el acoso, situaciones que generen una gran tristeza, una mala relación de pareja. La violencia intrafamiliar genera un estrés que el bebé no puede manejar. Si la situación se prolonga ocurre una desestabilización a nivel hormonal, neurológico y en el sistema defensivo de la madre que tiene consecuencias en el feto. La información neurológica hace que el bebé absorba las emociones de la madre: la tensión y ansiedad. Algunos efectos del estrés de la madre en el bebé son la prematurez y problemas en su desarrollo neurológico, así como en sus emociones y conducta.

como afectan las emociones al bebé en el embarazo

Se ha investigado la relación de muchas enfermedades como cáncer, patologías cardiovasculares y diabetes con la calidad del ambiente intrauterino. Es sabido que el cortisol (la hormona del estrés) puede pasar al bebé mediante la placenta. Esta hormona puede afectar el sistema neurológico del pequeño y, además, aumentar el nivel de adrenalina. Esto es riesgoso porque genera vasoconstricción y acelera el envejecimiento de la placenta, además de incidir en nacimientos prematuros. El estrés prolongado de la madre puede hacer que el niño nazca con un tamaño muy pequeño y aumenta la probabilidad de abortos. Con el tiempo, los niños pueden tener problemas para aprender, poner atención o ser irritables e hiperactivos. En la adolescencia y adultez, pueden sufrir trastornos alimenticios, adicción a drogas, esquizofrenia y depresión grave.

Nadie debería enfrentarse a estrés crónico y menos una futura mamá. En este sentido, tanto ella como su entorno deben procurar disminuir los factores que lo generen. Si el problema surge en el trabajo, la madre debe pedir una licencia por estrés para que no empeore la situación. Si los problemas los vive en su casa o se deben a episodios fuera de su control como la muerte de un ser querido, la embarazada debe buscar ayuda con un terapeuta. También puede intentar con técnicas antiestrés como ejercicios de relajación y respiración. La ingesta de ansiolíticos no son recomendables, pero se pueden buscar alternativas naturales como el té de tilo y otras hierbas, siempre indicadas por el médico.

La producción de endorfinas se transmiten al pequeño, así que toda mamá debe intentar potenciar los momentos agradables, placenteros, de alegría y, buscar razones para reír el mayor tiempo posible. Así, el bebé será feliz y se sentirá protegido en tu interior.